lunes, 14 de noviembre de 2011

España se mareó tanto como Inglaterra

Noventa minutos de rondo español acabó por marear tanto a unos como a otros. Los ingleses corrieron detrás de sombras durante todo el partido con la fortuna de aprovechar la única oportunidad de la que dispusieron. Los españoles se perdieron en el tiki-taka hasta tal punto que no sabían donde se encontraba la meta de Hart. Ese es el único peligro de nuestra selección, olvidarse de la existencia de la portería contraria, verse tan superiores a los demás que quieran llegar hasta la línea de gol para marcar, sin regates y sin dispares lejanos, solo tocando y tocando.

El partido fue igual a los encuentros malos del Barsa, tanto por su escasa frecuencia como por su principal defecto, abusar del toque. La única diferencia entre unos y otros es Messi, y es una diferencia notoria. Inglaterra cerró los espacios por el centro, con los centrales y laterales jugando muy juntos y con los mediocentros a escasos metros de éstos, creando un cerrojo que dificultaba tremendamente las paredes y combinaciones. La única posibilidad de penetrar semejante lío de piernas y de cuerpos eran las bandas, pero no fueron aprovechadas en ningún momento. Me niego a creer que Del Bosque no se diera cuenta respecto a eso, aunque en ningún momento hizo calentar a Navas para abrir el juego por el lateral.

Lo que vio Del Bosque y sí que corrigió fue el sistema. Cuando mejor ha jugado España ha sido siempre con un 4-5-1, con un hombre de referencia arriba, con un auténtico nueve. No entendí y sigo sin entender la ocurrencia de salir con un 4-3-3. Al Barcelona le funciona ese sistema porque Messi necesita a dos o tres defensas para pararle y así deja libre a sus compañeros, España necesita un delantero centro para que cumpla más o menos esa misma función. Ni que decir que Torres no debe de ser ese delantero. Una vez más Vicente apostó por él antes que por Llorente y su aportación fue nula. El de Fuenlabrada sigue dando la sensación de estar perdido en el juego pausado y de combinación, al que Llorente por su buen toque y su capacidad de aguantar el balón aportaría mas soluciones.

De todas formas no deja de tratarse de un partido amistoso, aunque buena parte de la prensa extranjera, encabezada por la francesa, no han dejado pasar la oportunidad de darle una estocada a la selección española. Cierto es que las derrotas ante Argentina, Portugal, Italia e Inglaterra escuecen, y mas porque se dilapida el respeto que con nuestro juego hemos impuesto en el mundo, pero mejor perder amistosos y ganar campeonatos, lo que no es excusa para llevar a cabo una profunda autocrítica que sirva para cambiar está dinámica negativa.

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