Se dejaba entrever lo que iba a suceder en el coliseo blanco. Debo confesar que fui víctima de una leve excitación al comprobar que en el once inicial salían juntos Sahin y Xabi Alonso y arriba Benzemá e Higuaín con Ozil asistiéndoles. Aunque la gran y agradable sorpresa fue la del partidazo de Callejón. El canterano me recordó en algunos momentos a un Di María diestro, con velocidad, sacrificio, regate y mejorando el olfato goleador del fideo argentino. Por su parte, el ex del Borussia buscó no complicarse y jugar con sencillez, recibir y tocar al pie, sin fallos, buscando las mismas sensaciones que le hicieron ser el mejor jugador de la Bundesliga la temporada pasada.
La verdad es que la superioridad del Madrid fue aplastante ante un equipo que salió dormido y que lo pagó encajando en tiempo récord tres goles. Benzema, Callejón e Higuain fueron los encargados de marcar los tres tantos mas rápidos de la historia de la Champions. Poco después, Ozil añadiría a su fiesta particular de pases imposibles el cuarto tanto blanco, celebrado con una demostración de su dominio del vocablo castellano. Pasado el descanso llegaría el quinto marcado por Callejón y el sexto de Benzemá tras una pared más taconazo con Higuain. Los croatas maquillarían el resultado anotando dos goles que les supondría emprender el viaje de vuelta con la cabeza bien alta, al igual que Davor Suker tras oír a la grada blanca corear su nombre.
Del partido no se puede ni se debe sacar conclusiones, aunque rebuscando puedo señalar dos muy claras. El fondo de armario y la juventud de la plantilla del Madrid. Testigos del encuentro desde el banquillo fueron Casillas, Pepe y Cristiano, y desde la enfermería Kaká, Di María, Marcelo o Arbeloa, y a pesar de ello el Madrid sacó un once inicial de enormes garantías y cuya media de edad es exactamente de 24 años. Xabi Alonso sería el mayor con treinta años y el siguiente sería Lass con tan solo 26 años. El Madrid posee una plantilla larga y joven, cargada de experiencia y hambrienta de títulos. Mezcla triunfal.
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