El Sporting y el Racing cumplen con el guión previsto

Se preveía un partido de amistad fraternal y al final fue lo que se vio, pero hasta entonces tocó sufrir a la parroquia rojiblanca. Las paradas antológicas del portero canterano del Racing y el gol de los cántabros dejaron fríos a los jugadores asturianos que no esperaban que el partido se les pusiera en contra. Es lo que tiene sacar a chavales juveniles a un campo en primera división, la ilusión, las ganas de hacerlo bien y la ausencia de presión hacen que se olviden de pactos o favores a devolver para lucir sus cualidades técnicas y dar un golpe en la mesa para hacerse destacar. Mario, el meta cántabro, es lo que hizo ayer.

El Sporting reaccionó al gol con un ataque enérgico y continuado que si no era desbaratado por Mario lo era por los palos. Hasta dos veces el balón se estrelló en la portería santanderina repeliendo los disparos de Diego Castro y Miguelito De las Cuevas. La defensa verdiblanca apenas robaba balones y reculaba más de lo necesario para facilitar el ataque local. En una de éstas, y ya al borde del descanso, el ex colchonero De las Cuevas saca un disparo raso y potente al que no puede hacer nada el meta canterano.

La segunda parte duró exactamente seis minutos, que fue lo que tardó Nacho Novo en empujar un balón muerto dentro del área y concluir la remontada gijonesa. A partir de ese momento el partido no tuvo ninguna emoción mas y el espectáculo pasó a la grada, donde santanderinos y gijoneses dieron una gran muestra de civismo que no pudo empañar un pequeño sector de la afición asturiana, que en todo caso no representa a la Mareona.

Lo más emotivo del partido fueron las muestras de cariño a Sastre y Diego Castro, ambos jugadores rojiblancos que disputaban su último partido con la camiseta del Sporting de Gijón y que serán recordados como integrantes del equipo del ascenso, en el que Diego fue uno de los grandes artífices. Solo queda desearles mucha suerte y agradecer a Diego Castro la  oportunidad de ver su enorme calidad desde la grada del Molinón, mientras que a Sastre…su esfuerzo.