El sábado fue un día no apto para cardíacos. Sobre el papel, el tercer billete directo a segunda división iba a salir del enfrentamiento entre la Real Sociedad y el Getafe, pero al final, el indeseado honor del viaje directo al infierno se lo llevaron los de Coruña. Los gallegos dependían de sí mismos y solo debían de derrotar a un Valencia que ya había hecho los deberes y que no se jugaba nada, pero ni con esas. A los cuatro minutos Aduriz aprovechó un error garrafal de la defensa blanquiazul y anotó el 0-1 casi sin querer. En ese momento, el Deportivo estaba en segunda.
La ansiedad y la precipitación fueron las características del Deportivo a partir de entonces. Los resultados en los demás campos no acompañaban. El Zaragoza se adelantó con un gran gol de Gabi, el Getafe hizo lo mismo por medio del Cata Díaz y el Osasuna mediante Cejudo. Los gallegos veían una y otra vez como erraban ocasiones. Riki estrelló el balón en el poste, Adrián volvía a tener el punto de mira desviado y Valerón ya estaba dando el máximo de su capacidad. La única esperanza residía en Mallorca. El Atlético de Madrid goleaba a los isleños en Son Moix y un gol del Depor haría que los mallorquines se fueran al pozo, pero ese gol nunca llegó.
A falta de algo en juego, el Valencia se dedicó a tener la posesión del balón sin causar mayores peligros, salvo en dos ocasiones en las que la propia inercia del juego hizo que los valencianistas llegaran al área gallega y Aranzubía salvase al Depor. Los gallegos protagonizaban un acoso a la meta de César sin resultado, y mientras el nerviosismo crecía, tanto en el césped como en la grada. El Zaragoza anotaba su segundo gol y la Real Sociedad empataba en Anoeta ante el Getafe, resultado que salvaba tanto a vascos como a madrileños mientras durase la derrota coruñesa, así que el “ que se besen que se besen” se hizo palpable. El único salvavidas del Deportivo seguía en Mallorca.
Y no pudo ser. El Deportivo lo intentó por activa y por pasiva y acabó encajando otro gol de Soldado en el tiempo de descuento. No se si el Deportivo se merecía bajar mas que otros equipos, pero si no fueron capaces de ganar a un equipo que no se jugaba nada, ante su público, y con todo a favor, tampoco se puede decir que merecían la permanencia mas que los demás. Ahora toca preguntarse los motivos de la suplencia de Valerón en la mayor parte de la temporada, los errores en fichajes y otras autocríticas. Solo queda desear al Deportivo un pronto regreso y ánimo a su afición.
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