El partido del sábado ante el Athletic ha demostrado dos cosas. La primera es que el Madrid tiene la amplitud de banquillo que se suponía al inicio de temporada, y la segunda es que Mourinho no ha sabido gestionar los minutos de sus jugadores. El exceso de minutos en jugadores como Ozil, Cristiano y Di María es patente, y las consecuencias de este desgaste son las lesiones y el mal rendimiento. Para colmo, si cuando se lesionan los titulares entran jugadores que han jugado cuatro o cinco partidos en todo el año, es normal que no rindan ni ofrezcan su mejor versión.
Ante el Athletic, jugadores como Garay, Albiol o Granero que apenas han contado para Mourinho, demostraron con creces que hubieran sido capaces de ofrecer el mismo nivel que Pepe y Carvalho, o que Xabi Alonso y Khedira. Pero Mourinho es como es. Tiene sus jugadores “top”, y esos son intocables. El joven Canales y el malogrado Pedro León, son los que menos minutos han disputado, y cuando han jugado ha sido siempre desde el banquillo y con el marcador en contra. En tales circunstancias poco se puede esperar de un jugador, y si encima no tiene ritmo de partidos, esa oportunidad se convierte en una trampa.
El lado positivo de que Mourinho de por perdida la liga es que los menos habituales van a poder jugar mas a menudo, y tendrán los últimos partidos de liga para demostrar que pueden seguir en el Madrid. Ahora llega la hora de los Granero, Albiol, Canales y Pedro León. Mas vale tarde que nunca, o eso dicen, pero eso no quita el hecho de que Mourinho no ha sabido gestionar el equipo de la manera correcta.
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