miércoles, 16 de febrero de 2011

Raúl volvía a Mestalla y la armó


Ya avisó Raúl nada mas llegar al aeropuerto, “Mestalla es un campo que siempre se me ha dado bien”.Y dicho y hecho. El 7 del Schalke recibió un balón de Jurado dentro del área, controló con la derecha y la cruzó con la izquierda haciendo imposible la estirada de Guaita. Transcurría el minuto 63 y Raúl silenciaba el estadio ché como ya había conseguido hacer en otras dieciséis ocasiones. Pero éste no era un gol más para Raúl, era su gol número 70 en la Champions, lo que le afianzaba todavía más como el máximo anotador histórico de la competición y el nuevo líder de goles en competiciones europeas, y se notó la importancia del tanto en la celebración del gol.

Hasta ese momento el Valencia era el que había merecido llevarse el partido y el que había causado casi todo el peligro, pero ya en el comienzo de la segunda parte se notó a los chés un punto por debajo, y eso llevó al gol de Raúl. A partir de ese instante, el Valencia le puso más corazón que cabeza. Emery sacó al campo a Vicente y a Joaquín para buscar velocidad y desborde por las bandas, cosa tenía que haber hecho desde el primer minuto de partido, pero ya era tarde. El final llegó con el 1-1 en el marcador, y todo queda abierto para el partido en el Veltins Arena.

No voy a ser yo el que critique a Emery, un entrenador que destacó en el Almería e hizo un trabajo extraordinario, pero es que hay cosas que no se entienden. Cualquiera que vea un partido del Schalke ve la lentitud de su defensa, el mal estado físico de Metzelder, la poca aptitud defensiva de Schmitz y de Uchida y la nula creación de juego del mediocampo alemán. Pero Emery según parece no fue capaz de verlo, y dejó en el banquillo a quienes podrían haberles causado mas peligro. Joaquín, Vicente y Pablo Hernández se quedaron en el banco y fueron testigos de honor del descalabro valencianista. Esperemos que Emery haya aprendido para la visita a Gelserkirchen.

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