Es lo que tiene ser campeón del mundo, todas las selecciones quieren ganarte. Lo mismo nos pasaba a nosotros cuando nos enfrentábamos a Francia, Inglaterra, Alemania o Brasil, jugábamos esos partidos con un plus de intensidad extra por el simple echo de jugar ante un campeón del mundo. Ahora nosotros somos los que lo padecemos, por lo que no podemos seguir tirando nuestro prestigio con más amistosos como los de Argentina o Portugal.
El rival de mañana será Colombia, un equipo mucho más asequible que nuestros dos últimos rivales, pero que saldrá con la misma motivación. Encima, hay que añadir que la mayoría de nuestros internacionales han jugado miércoles y domingo durante todo el mes de Enero, por lo que el cansancio acumulado en las piernas se dejará notar y es lógico pensar que ningún jugador correrá riesgos innecesarios que le puedan llevar a la enfermería. Además, se está hablando más del duelo Barça – Madrid, de la relación de Shakira con Piqué, de la marcha de Torres al Chelsea o de la posibilidad de que Villa supere a Raúl, que del propio partido. El encuentro de mañana es un partido trampa.
Todavía no se sabe la alineación que sacará nuestro Marqués Del Bosque, pero lo lógico sería pensar que optara por la alineación “titular” y en la segunda parte dar entrada al mayor número de reservas que se haya acordado con el equipo colombiano. Personalmente, tengo ganas de volver a ver un mediocampo con Busquets, Alonso, Xavi, Iniesta y Pedrito, y con Villa en punta, el mismo ataque que maravilló y derrotó a Alemania en semifinales. Pero al fin y al cabo, no deja de ser un amistoso
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